3 octubre, 2018
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La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), está integrada por 13 países, productores y exportadores de petróleo, ubicados en América, Asia y África, cuyos nombres son Angola, Arabia Saudita, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irak, Kuwait, Nigeria, Qatar, Irán, Libia y Venezuela.
En su última asamblea rechazaron un pedido de Estados Unidos de aumentar la producción de barriles para disminuir el precio del producto.
Pero esta no fue la única decisión tomada por el grupo, pues claramente se lee un mensaje político aparte del económico.
Un mensaje que transmite sin dudas que nadie está dispuesto a suicidarse ni económica, ni políticamente por los deseos de este Estados Unidos de Trump.
El ámbito especial de los productores de petróleo a menudo ofrece alianzas inesperadas, el petróleo parece que todo lo puede… mientras tengan escondida la energía alternativa y renovable.
De todas maneras, volviendo al tema de las alianzas insólitas, podemos mencionar lo ocurrido hace unos días en el seno del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde los países que la integran – son 47- debían votar por la continuación de la investigación en Yemen acerca de la violación a los derechos humanos por parte de Arabia Saudita.
La votación fue favorable a continuar con la investigación con 21 votos a favor, 18 abstenciones y 7 votos en contra, sorprendiendo entre estos votos los de Cuba y Venezuela, si bien China también votó en contra, esta potencia tiene intereses y peso propio en el mundo actual, como la primera potencia económica que es.
Con los votos de Venezuela y Cuba es que nace el interrogante, hacia la lucha de cara al poder hegemónico, en el sentido si esta lucha es activa, discursiva o tiene "momentos dinámicos", si se tiene un espíritu anti imperialista, pero de reojo se mira el precio del barril de petróleo.
Y esta es una ecuación que no se puede negar. Arabia Saudita llegó hasta la cuasi quiebra por ser sumiso y funcional a los Estados Unidos, sumiendo su ciudadanía a no percibir las regalías de la venta de crudo, por trabajar a pérdida, incluso perjudicando a sus otros socios exportadores y productores.
Esta vez los países integrantes de la OPEP acordaron su propia política, la que conviene a sus países y no a los deseos norteamericanos.
Retomando la línea central de esta nota, podemos decir que quizá el voto de Venezuela en solidaridad con Arabia Saudita se deba a las circunstancias relacionadas al precio del crudo y por la oposición a Estados Unidos.
Ya Trump anunció que, sin la ayuda de Estados Unidos, la monarquía saudí no duraría dos meses, una clara amenaza por haberse opuesto a sus deseos.
La de Venezuela es una solidaridad errónea, motivada por lo económico -tan necesario para el país sudamericano – pero de una enorme contradicción con el discurso y la acción anti imperial, que debe sostenerse mas allá de los beneficios comerciales.
En Yemen se están asesinando seres humanos, se ha sumido en el desastre humanitario a su población, se han desatado epidemias de enfermedades y como corolario se ha bloqueado la llegada de ayuda a este pueblo indefenso ante la agresión arbitraria saudita, alentada por los Estados Unidos.
En esta evidente contradicción Venezuela arrastra a Cuba, país caribeño con el que tiene una gran afinidad político-social, y así se van encadenando más y más posiciones extrañas al comportamiento habitual de la lucha contra la opresión, que estos dos países americanos sufren en carne propia por parte de los mismos, al menos indirectamente, con los que se han solidarizado. Arabia Saudita es un conocido lacayo de Estados Unidos, eso todos lo saben.
No es para el asombro total esta contradicción evidente, el mundo esta tendiendo a desarrollar está práctica de forma habitual, haciendo del pragmatismo una justificación política nueva y confusa.
Queda para la conclusión que jamás se puede aceptar este tipo de vaivenes entre lo comercial y lo humano, cuando hay vidas inocentes en juego, ninguna conveniencia comercial es argumento suficiente para avalar los crímenes de lesa humanidad como ocurre en Yemen y tantos otros lugares en el mundo, donde intercambian vidas por bienes materiales.
Por: Galeb Moussa / periodista y analista político internacional, especializado en Medio Oriente.
Publicado en: http://elgrilloweb.info/2018/10/03/la-opep-factor-politico/
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