20 octubre de 2018
¿Por qué ha cobrado tanta importancia para Estados Unidos el asesinato de Jamal Kashoggi, ciudadano saudí, ultimado en el Consulado Saudita en Turquía y periodista del Washington Post?
Empecemos por saber quién es Jamal Kashoggi…
En principio pertenece a una de las familias estrechamente ligadas a la monarquía saudita, lo que significa que forma parte del establishment de ese país, más, ese no es el único dato de relevancia, no puede ignorarse el parentesco con su tío, Adnan Kashoggi, un tristemente afamado traficante de armas, que tuvo su rato de esplendor a fines del siglo XX.
Por otra parte, el extinto periodista, autoproclamado "opositor" a la monarca reinante, no tuvo pruritos en apoyar la decisión del rey, acerca del arresto y posterior crucifixión del Sheikh Nimr Baqir al Nimr, a quien llamó forajido. Lo que, a cuenta de derechos humanos, queda clara su posición.
Comencemos por recordar las amenazas vertidas por Donald Trump, al respecto que el monarca Salmán no duraría ni dos semanas en el trono, si Estados Unidos retira su apoyo militar a la privilegiada monarquía del país árabe.
¿Qué tiene esto que ver con el anuncio del senado norteamericano de sancionar a Arabia Saudita por su responsabilidad en el asesinato del ciudadano saudí y periodista del Washington Post?
Tiene su correlato en la negativa de Arabia Saudita de no acceder a incrementar la producción de barriles de crudo para abaratar los costos, según era el deseo del gobierno norteamericano, negativa esta llevada a cabo durante la última cumbre de la OPEP.
La respuesta saudí no se hizo esperar, anunció que llevaría el barril de petróleo hasta los doscientos dólares y de esa manera acabaría con la economía norteamericana, y fue mas lejos aún, declararon que se acercarían a Rusia, China e Irán, con lo que conformarían un bloque poderosísimo en cuanto a acumulación de reservar de petróleo y gas. De cerrarse ese bloque y manipular la entrega de esos hidrocarburos, el poder de Norteamérica se diluiría inmediatamente a nivel global.
Pero dejemos las especulaciones de lado y centrémonos en la realidad fáctica.
Estados Unidos no tiene catadura moral para imponer sanciones a nadie cuando de derechos humanos se trata, y menos por crímenes relacionados con cuestiones políticas, no hubo mayor criminal de lesa humanidad que los propios Estados Unidos, ni habrá mayor torturador que los norteamericanos, basta el ejemplo de Guantánamo y de la cárcel de Abu Ghraib como evidencia.
Ahora vemos como los intereses y las alianzas cambian de posición de forma dinámica.
El asesinato fue cometido dentro de las instalaciones del consulado saudita en Turquía, surge el interrogante de cómo llegó allí Jamal Khashoggi, si fue por propia voluntad o si fue secuestrado.
Algunas versiones, de las muchas que están corriendo al respecto, dicen que fue descuartizado en vida, a manos de un experto forense del reino, acompañado de catorce miembros de la inteligencia saudita y ante la mirada del Cónsul de ese país.
¿Cómo se conoce esta información? A través, según informaciones de distintos medios, de micrófonos instalados por la inteligencia turca en el consulado.
Cómo los colocaron, en que momento o desde cuando los sauditas están siendo espiados por Turquía, es un interrogante que solo el mundo sombrío de las agencias de inteligencia puede responder.
No olvidemos que Turquía disputa con Arabia Saudita el liderazgo de la mayoría sunnita dentro del Islam, y compite en igualdad de condiciones respecto a la referencia como potencia regional.
¿Dónde queda esa enemistad vista en superficie entre Estados Unidos y Turquía entonces, y en que quedó la situación entre la potencia hegemónica y su protegido saudí?
Esa es la dinámica que mencionábamos más arriba en el cambio de relaciones e intereses geopolíticos.
La realidad dice que Estados Unidos se ha dado cuenta que su amenaza fue un bumerang que se volvió en su contra, por lo tanto, dio marcha atrás en sus amenazas y como un experto saltimbanqui ahora defiende al príncipe heredero Muhammad bin Salmán -supuesto autor ideológico del asesinato del periodista- a toda costa.
Turquía quedó boyando una vez más, buscando ahora el apoyo de Alemania para que se lleve a cabo una investigación seria del asesinato de Jamal Khashoggi, veremos con que resultado…
A modo de establecer una hipótesis aproximada del porqué fue asesinado el periodista opositor, podemos inferir la causa en el conocimiento y posición que el extinto poseía respecto de las internas palaciegas que se están jugando en el reino.
El Rey Salmán cambió las reglas tradicionales de la monarquía en cuanto a el derecho hereditario al trono, siempre a Rey muerto lo sucedía un hermano de este, Salmán decretó que su sucesor iba a ser su hijo, el sanguinario Muhammad bin Salmán, ministro todopoderoso y principal estratega político de Arabia Saudita, en vez de sus hermanos, a quienes confinó a arrestos domiciliarios.
Queda sólo preguntarse dónde y cómo se podrá establecer justicia, no sólo por el asesinato en sí, más allá de lo que podía haber sido como persona Jamal Khashoggi, sino ante semejantes monstruos plenos de poder económico y armamentístico.
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