LUNES, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2012
Por: Pedro Díaz Arcia
¿Qué puede haber tras los insultos a la religión islámica y a su profeta Mahoma? ¿Guarda alguna relación con el proceso electoral interno en Estados Unidos? ¿La ultraderecha norteamericana, el poderoso “lobby judío”, tiene algo que ver con la provocación?
En realidad, ¿qué intereses políticos pueden ocultarse tras el filme “La inocencia de los musulmanes”? Tan sólo un video de unos 14 minutos, subido a Internet, de una película cuya duración se calcula en una hora, ha provocado la ira del mundo islámico de uno a otro extremo del planeta.
La cinta presenta a los seguidores de Mahoma como una turba de asesinos; a su esposa como una manipuladora de los versículos del Corán, que es la palabra de Dios revelada al Profeta, y quien pretende crear un nuevo texto sagrado a partir de interpretaciones del Antiguo Testamento. Mahoma, según la versión fílmica, es un ser despreciable, ambicioso de poder, que consiente el abuso sexual de menores y que se declara homosexual. A lo largo de la muestra, los protagonistas inventan versículos insultantes, inexistentes en el Corán, e incitan a realizar actos pecaminosos.
De acuerdo con recientes informaciones la filmación, rodada en California en sólo cinco días en agosto de 2011 y de dudosa autoría, fue de bajo presupuesto, con burdas escenografías, y una cincuentena de actores en su mayoría aficionados.
Según las autoridades estadounidenses, un cristiano copto de origen egipcio, Nakoula Basseley Nakoula, un preso en libertad condicional y residente en ese estado, sería uno de los responsables del filme. En su defensa, el presunto autor alega que la versión colocada en Internet nada tiene que ver con el original y que las ofensas a Mahoma y al Islam fueron agregados ulteriormente. Otras versiones indican que la cinta fue presupuestada por un grupo de millonarios judíos.
A poco menos de dos meses para las elecciones presidenciales estadounidenses y cuando los contrincantes se concentran en los ocho estados que pueden decidir la contienda, la muerte del embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens, y los ataques contra distintas misiones diplomáticas, incluyendo el cuartel de la ONU en Egipto, podrían perjudicar la campaña del presidente Barack Obama.
El líder demócrata ha tenido que enfrentar insistentes acusaciones de que no nació en Estados Unidos y es musulmán. La actual situación, que no tiene límites fijados y puede incrementarse en los próximos días, coloca al Presidente en una difícil coyuntura.
Como siempre en río revuelto se mueven inquietos y oportunos los anzuelos. En definitiva, habrá que ver quién acerca la brasa a su sardina.
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