Este soldado, presentado por la prensa como “el sargento S.”, mató el 4 de enero de 2009 a Riyeh Abu Hayay, de 64 años, y su hija Mayida Abu Hayay, de 37 años, que llevaban una bandera blanca.
Un tribunal militar israelí decidió el domingo renunciar a la acusación de asesinato dirigida contra el francotirador militar y le condenó por el “uso ilegal de su arma de fuego”.
Bajo este compromiso, el acusado, según los medios de comunicación, pasará 45 días en la cárcel.
El caso fue mencionado en el informe Goldstone sobre la Operación “Plomo Fundido”, la ofensiva israelí contra Gaza. Dicho informe fue elaborado a petición de las Naciones Unidas y publicado en septiembre de 2009.
El informe acusó a “Israel” de “crímenes de guerra” en Gaza durante esta devastadora ofensiva, que costó la vida a 1.440 palestinos, entre ellos una mayoría de civiles, incluidos mujeres y niños.
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