Lo que está sucediendo en Egipto ha sacado a la luz una serie de verdades y de elementos que van a tener gran influencia sobre los próximos acontecimientos en todo el mundo árabe.
Ha podido verse claramente que la Hermandad Musulmana de Egipto, que constituye el núcleo de esa cofradía transnacional, ha trazado su plan de control del poder en base a un acuerdo con Estados Unidos e Israel para renovar la función política y securitaria que anteriormente ejercía el régimen de Hosni Mubarak y de Annuar el-Sadat, conforme a lo previsto en los Acuerdos de Camp David. Ello confirma los informes que circularon desde hace 2 años sobre la existencia de una serie de arreglos entre Washington y la dirección de la Hermandad Musulmana en la región, bajo la égida de Turquía y Qatar. Dichos arreglos estipulan que Occidente favorecerá la renovación de las élites dirigentes en los países árabes a través de la Hermandad Musulmana, la que a su vez se compromete a garantizar la seguridad de Israel y los intereses de Estados Unidos y de las demás potencias occidentales.
Al promulgar su declaración constitucional, rechazada por amplios sectores de la sociedad egipcia, el presidente Mohamed Morsi se basó única y exclusivamente en el apoyo que ha recibido de Estados Unidos e Israel por su papel en la conclusión de la tregua entre el Estado hebreo y las organizaciones palestinas, durante el más reciente enfrentamiento en Gaza. El poder egipcio aceptó una serie de compromisos en el marco de las negociaciones sobre temas políticos y de seguridad. Dichos compromisos se articulan alrededor de dos puntos: Cortar el aprovisionamiento en armas de la franja de Gaza mediante la continuación de la política de destrucción de túneles
y lograr la ruptura de relaciones entre las organizaciones palestinas e Irán.
Según informaciones publicadas en la prensa egipcia, El Cairo ha otorgado facilidades a las fuerzas especiales y los servicios de inteligencia estadounidenses en el Sinaí y ha solicitado al Hamas el despliegue de fuerzas en la frontera entre Gaza e Israel para garantizar el alto al fuego. O sea, para garantizar que el alto al fuego no sea violado por las organizaciones de la resistencia palestina. El Hamas comienza así a desempeñar [en Gaza] el mismo papel que la policía de la Autoridad Palestina en Cisjordania.
El conflicto político que ha estallado en Egipto después del golpe de Estado constitucional de Morsi está abierto a todas las opciones. La Hermandad Musulmana ha decidido ignorar los reclamos de una amplia mayoría de egipcios y proseguir su propia conquista del control de todas las instituciones, sin retroceder ante los cientos de miles de personas que se han lanzado a la calle. La cofradía se ha despojado de su máscara, luego de haberse asegurado de que cuenta con el apoyo de Estados Unidos e Israel, apoyo que ha recibido después de pasar el examen de la más reciente agresión contra la franja de Gaza.
En sólo unos meses, el verdadero rostro de la Hermandad Musulmana ha aparecido ante la mirada de la opinión pública egipcia y árabe, lo cual no dejará de tener repercusiones en todo el mundo árabe.
Fuente
New Orient News (Líbano)
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