Me causan pena realmente los que no quieren entender que es lo que pasa en Gaza, me da asco aquellos que opinan de Hamas las peores cosas, me repugnan los que se llaman pacifistas con la muerte de los demás y la teoría de los dos demonios, vomito cuando escucho y veo a aquellos comprados por el sionismo.
Estos tipos tan educados, tan civilizados, tan políticamente correctos, no han visto ni sentido un misil ni por asomo, no han sentido las balas penetrando la carne, jamás han experimentado opresión alguna, y menos que les hayan usurpado la tierra y la vida.
Estos tipos que de traje y corbata se las dan de opinadores profesionales, no entienden un pomo, ni siquiera son cultos, y aún menos respetuosos de la cultura y el sufrimiento ajeno.
Nunca le han matado los hijos, ni los padres ni los hermanos, hablan porque las 30 monedas de plata son todo lo que existe en su mundo. Son mercenarios al mejor postor, ni ellos creen en lo que suelen hablar de la civilización, la democracia y la libertad.
No se dan cuenta que ellos mismos son prisioneros de la más perversa forma de vida, la que te sustrae la libertad de pensamiento, la que te roba la honestidad y no digo el honor porque esa palabra no figura en su vocabulario.
¿Sentimientos? nones, les aconsejaría a sus hijos que se cuiden de esos padres, si estos no se conmueven al ver tanta inocencia asesinada en Gaza, probablemente si alguien ofrece un suculento toco matarían a los propios.
Son cómplices, socios en la muerte y la mentira, se creen impunes, mientras reciben el repudio de la sociedad normal.
Están enfermos, lo mismo que los responsables de este holocausto, lo mismo que aquellos que guardan silencio ante la masacre cotidiana, al igual que aquellos que están convencidos que esta barbarie es justificable.
Quizás puedan dormir, tal vez crean que nada les pasará, pero la historia los juzgará como es debido y sus descendientes serán testigos del oprobio y la humillación que tendrán, cuando el pueblo pase y escupa en sus tumbas.
Heidar para Islam y Política
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