La guerra de 2006
Dijo que fallaron el comando y control
JERUSALEN.- Acosado por denuncias de corrupción y cuestionado en un informe por sus decisiones en la guerra del Líbano contra la milicia Hezbollah, en 2006, el primer ministro israelí culpó ayer al ejército de su país por las fallas en ese conflicto.
"Creo que el ejército se decepcionó a sí mismo en gran medida", dijo el primer ministro a la Comisión Winograd, que investiga la guerra que costó la vida de 1200 personas, 900 ellas civiles.
"Algo en el concepto de comando y control no cumplió las expectativas e indudablemente llevó a una brecha entre lo que éramos capaces de lograr y lo que realmente logramos", agregó.
En particular, Olmert rechazó la responsabilidad del fracaso de la operación de gran envergadura lanzada el 12 de julio en represalia por un ataque de Hezbollah, que ese día tomó prisioneros a dos soldados israelíes.
"En una visita al Estado Mayor antes del inicio de la guerra, el jefe del Estado Mayor [el general Dan Halutz] me dijo: «Dispones de un ejército de calidad, fuerte y listo para cumplir con éxito todas la misiones que se le confíen». Yo no podía saber que ése no era el caso", alegó Olmert, ante la comisión.
En relación con su papel, Olmert afirmó que podía cometer "errores". "Pienso que actuamos de manera apropiada y responsable. Todo el mundo dijo que había que responder duramente. Todo el mundo sabía que una réplica dura culminaría en una reacción muy dura que alcanzaría la retaguardia y nos obligaría a actuar", afirmó Olmert.
"Si hubiésemos dejado pasar 48 horas sin hacer nada, habríamos roto la dinámica internacional que actuaba en favor nuestro de manera excepcional", arguyó.
Por su parte, el general Dan Halutz, que dimitió en enero sin esperar las conclusiones de la comisión, afirmó en su declaración que "la guerra duró demasiado tiempo [34 días]" y que ése fue "el fracaso más claro".
Agencias DPA y EFE
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Dijo que fallaron el comando y control
JERUSALEN.- Acosado por denuncias de corrupción y cuestionado en un informe por sus decisiones en la guerra del Líbano contra la milicia Hezbollah, en 2006, el primer ministro israelí culpó ayer al ejército de su país por las fallas en ese conflicto.
"Creo que el ejército se decepcionó a sí mismo en gran medida", dijo el primer ministro a la Comisión Winograd, que investiga la guerra que costó la vida de 1200 personas, 900 ellas civiles.
"Algo en el concepto de comando y control no cumplió las expectativas e indudablemente llevó a una brecha entre lo que éramos capaces de lograr y lo que realmente logramos", agregó.
En particular, Olmert rechazó la responsabilidad del fracaso de la operación de gran envergadura lanzada el 12 de julio en represalia por un ataque de Hezbollah, que ese día tomó prisioneros a dos soldados israelíes.
"En una visita al Estado Mayor antes del inicio de la guerra, el jefe del Estado Mayor [el general Dan Halutz] me dijo: «Dispones de un ejército de calidad, fuerte y listo para cumplir con éxito todas la misiones que se le confíen». Yo no podía saber que ése no era el caso", alegó Olmert, ante la comisión.
En relación con su papel, Olmert afirmó que podía cometer "errores". "Pienso que actuamos de manera apropiada y responsable. Todo el mundo dijo que había que responder duramente. Todo el mundo sabía que una réplica dura culminaría en una reacción muy dura que alcanzaría la retaguardia y nos obligaría a actuar", afirmó Olmert.
"Si hubiésemos dejado pasar 48 horas sin hacer nada, habríamos roto la dinámica internacional que actuaba en favor nuestro de manera excepcional", arguyó.
Por su parte, el general Dan Halutz, que dimitió en enero sin esperar las conclusiones de la comisión, afirmó en su declaración que "la guerra duró demasiado tiempo [34 días]" y que ése fue "el fracaso más claro".
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