“¿Un paisano embajador?”

“¿Un paisano embajador?”. Fue lo primero que atiné a decir al enterarme de la noticia que conmovió y alegró grandemente a la comunidad árabe de la Argentina. Una expresión que denotó mucho más asombro que alegría. Es bien sabido lo complicado que puede ser para un descendiente de árabes comprometido con su comunidad el alcanzar un cargo de esa jerarquía con tan funesta y denostada ascendencia. Pero el Sr. Roberto Ahuad, con la pesada de mochila de décadas de trabajo por el progreso, crecimiento, defensa y unidad de nuestro humilde grupo lo logró: hace algunas semanas el Senado de la Nación aprobó el pedido para que se lo nombre Embajador en la República Árabe Siria. Vayan nuestras sinceras felicitaciones para Roberto, por el doble orgullo de representar a nuestro querido país en la tierra de sus abuelos.

Debo confesar que el asombro y la alegría se fueron haciendo a un lado con el correr de los días. La cautela ocupó su lugar. A decir verdad, estaba esperando que a último momento pasara algo, que surgiera algún vericueto o impedimento para que Roberto no pudiera asumir, o tal vez estaba esperando, con la certeza del que se sabe derrotado, que los espadachines de la moral comenzaran a achacarlo. Tal cual anuncié escasas palabras atrás, los arietes de la república, la democracia y los derechos humanos se hicieron escuchar, como siempre desde los multimedios del paisano Dani Haddad (¿desde dónde sino?). Tanto la gacetilla Infobae como el Canal 5ionista de Noticias (alias C5N), y también la Biblia tacherofascista llamada Radio 10 dedicaron hojas y tiempo al aire en abundancia para desacreditar al electo Embajador. Primero haciendo mover los hilos de las marionetas que ponen detrás de las pantallas y micrófonos, Débora Plajer entre ellos, anunciando que “el Embajador argentino en Siria dice que ‘Israel es un estado terrorista’”. ¡Qué calamidad! ¡Qué falta de respeto, que atropello a la razón! Si Discépolo viviera podría agregarle una estrofa más a Cambalache. Pero por supuesto que Débora no podía quedarse sola, eso no sería correcto. Mucho mejor es destrozar a alguien que no está presente para defenderse de a dos. Eso otorga la posibilidad de vender todo el pescado podrido posible y hacerlo pasar por salmón noruego de alta calidad, como le dijo otro paisano muy talentoso con las palabras (aunque no así de dotado políticamente) a cierto reconocido y también talentoso periodista.

“¿Será Bergman, será Aguinis?”, me aventuré a pensar. Ambas eran buenas posibilidades; dos buenas reputaciones locales sustentadas en la palabrería hueca, la venta de humo y, por supuesto, los medios y las editoriales (compren los últimos libros de cada uno y compruébenlo ustedes mismos). Sin embargo el ungido no fue ninguno de ellos; en su lugar se escuchó la fina voz de Gustavo Perednik, un lenguaraz desfachatado, inventor de categorías novedosas, en consonancia con sus profundos estudios en filosofía.

Siendo franco, la entrevista me aburrió bastante. Como suele ocurrir con muchos temas de actualidad tratados en los medios masivos, los argumentos se repiten hasta el hartazgo, a pesar de haber sido rebatidos muchos de ellos largo tiempo atrás. Las partes (en este caso había una sola, pero vayamos a lo general) no se escuchan, no hay contrargumentación, no hay situación dialógica. Por mi parte no voy a reproducir lo dicho. El que esté interesado en consumir basura, visite la página web de Radio 10 y escuche la entrevista entera. Y deje la radio prendida luego, verá como rápidamente sus pensamientos empiezan a tomar el color y hedor del Riachuelo. Hubo una sola cosa que me sorprendió entre tanta fetidez que despidió Perednik. ¿Con qué cara se pregunta por la fidelidad del Sr. Ahuad para con su país? Justamente él, que vive en Israel con su familia y ostenta doble nacionalidad (a diferencia de Ahuad que tiene solo una, la argentina), justamente él que cursó estudios en Jerusalén y construyó su vida allí, en Israel, en un país con una política de estado asesina y discriminatoria. Creo que tiene derecho a dar su opinión al respecto como ciudadano argentino que es, pero me parece que su argumento es pueril y tiene un peligroso doble filo. Casualmente, luego de las guerras del Líbano (2006) y Gaza (2009) en algunos países del mundo (incluido el nuestro) se propuso y firmó un petitorio para que se le retire la nacionalidad a aquellos que combatan para el Tzahal, propuesta que desde ya fue fácilmente aplastada por el poderoso lobby israelí. ¿No era él quien se indignaba cuando escuchaba esto? ¿Se puede ser tan hipócrita? Y si extremamos más aún la idea, dejando de lado lo que han hecho Israel, sus fuerzas armadas y milicias mesiánicociviles (los colonos - yo también puedo inventar conceptos mezclando palabras, Gus -), ¿por qué no retirarle la ciudadanía argentina al ex Embajador en el Vaticano durante el menemismo, Caselli, quien es actualmente senador por Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi? O tal vez podríamos cuestionar la fidelidad de aquellos ciudadanos argentinos que tienen a su vez nacionalidad española, italiana, polaca, armenia, coreana, etc. Creo que el Lic. o Dr. Perednik está mucho más preocupado por los intereses israelíes que por los argentinos, del mismo modo que los máximos dirigentes de la OSA, AMIA y DAIA. Esa es la causa de estas operaciones de descrédito. Les preocupa el fortalecimiento de las relaciones entre Argentina y los países árabes y/o musulmanes, les preocupa que en Latinoamérica ya no se haga todo lo que mandan desde el norte del Río Bravo, que los líderes de esta parte del mundo se reúnan y trabajen con los enemigos de Israel. Por eso Lieberman y Peres visitaron Brasil y Argentina antes que Ahmadinejad y Abbas, por eso cada dirigente o vocero de Israel (Bergman, Aguinis, Eduardo Feinmann, Jorge Castro, Escudé, Perednik, etc.) hablan de “chavización” y dedican peroratas chatísimas para explicar como Chávez quiere refundar el imperio musulmán, de Caracas a Al-Andalus, de Rabat a Bengala. Shimon Peres se mostró muy afligido en su visita porque los jóvenes venezolanos “no pueden bañarse libremente, pues el tirano Chávez dice que más de tres minutos bajo el agua está mal”. Coincido en mirar con desconfianza la medida, pero considero que debería reunirse con Chávez e incluso podría aconsejarlo. Después de todo fue Israel quien ocupó el sur del Líbano de 1982 hasta el año 2000, desviando el curso del Río Litani (que atravesaba la zona ocupada) hacia Israel, para mejor provecho del pueblo de Dios y no de la escoria cristiana y musulmana que puebla el Líbano.

Y como estoy escribiendo sobre actualidad, me voy a permitir la licencia de introducir otro tema que está en boca de todos: el espionaje. Es cuanto menos curioso que Ciro James hable a la perfección el árabe y haya vivido muchos años en la Triple Frontera y en Medio Oriente. Como siempre le di una importancia predilecta al sentido del olfato, debo decir que esto huele, apesta diría yo, a MOSSAD y a CIA. No es la primera vez que se realizan escuchas ilegales en torno al tema AMIA. Todo la causa está plagada de teléfonos pinchados; incluso se ha llegado al hostigamiento en persona, a los seguimientos, a la generación de miedo; todo en haras de perseguir la pista iraní. La comunidad árabe fue y es víctima de abusos como los descritos, los cuales vienen denunciándose desde hace tiempo. Aparentemente si nosotros desde la comunidad decimos que nos pinchan los teléfonos, que nos siguen, que nos infiltran, somos unos dementes, unos orates. Parece que estuviéramos diciendo que los vampiros salen de sus criptas porteñas por las noches para beber sangre humana. Si lo dicen Burstein y Nisman la cosa cambia, son gente a tomar en serio. ¿Por qué ese doble estándar? ¿Por qué se tolera esto? Tanto mis padres como mis primos, tíos y yo mismo podemos (y también una extensa parte de la comunidad) dar testimonio de cada una de las situaciones que enumeré. Quizás Perednik pueda explicarlo, o justificarlo, después de todo fue él quien juró lealtad a un país que cree en las guerras preventivas para alcanzar la paz y en la tortura para salvar vidas (vidas judías por supuesto). Porque el fin justifica los medios, ¿no Gus?

A Roberto: a palabras necias, oídos sordos. Te deseo muchos éxitos, sos un orgullo para los árabes de la Argentina.

Facundo Salomón (miembro de la comunidad árabe de la Argentina).