Víctimas del mismo imperialismo
Dejando de lado quién impulsó la recuperación en 1982 de las Islas Malvinas, Sandwich y el Atlántico Sur, la aspiración de la Republica Argentina es totalmente legítima e irrenunciable.
La soberanía argentina sobre la región es indiscutible, así como es indiscutible el derecho de los palestinos sobre la tierra Palestina.
Tanto la ocupación y usurpación del territorio argentino como el palestino tiene su origen en el imperialismo británico.
La usurpación de Malvinas por su propia acción pirata, dejando un enclave en el propio sur argentino, siempre apetecible por su riqueza y variedad de recursos naturales. La ocupación y usurpación de Palestina, por el aval otorgado por la corona británica al sionismo internacional, en esa tan presente carta donde un Lord Inglés (Balfour) le concede a otro Lord Inglés (Rothschild) la tierra de un tercero (Palestina) para que la usurpe un cuarto (el sionismo) con la promesa de estos últimos de ser leales a Gran Bretaña en la región (luego empezaron los ataques terroristas sobre la oficialidad británica en Jerusalem de la mano del Irgún, la banda Stern y la Haganá, el más famoso de ellos fue el ataque con coche bomba al hotel King David).
En ambos casos coinciden los mismos protagonistas usurpadores. En el caso de Malvinas, gran bretaña como potencia ocupante e israel como soporte de esa usurpación mediante el voto a favor de los ingleses en cada sesión de las Naciones Unidas donde se trata el reclamo argentino.
En Palestina, las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas son ignoradas por israel, o bien vetadas por el veto de gran bretaña y ee.uu en el Consejo de (In) Seguridad del organismo.
¿Como podremos llegar a una solución justa para estas dos tragedias?
A la vista parece una misión imposible, mientras nuestro país siga manteniendo acuerdos de libre comercio con israel a través del Mercosur y acuerdos tecnológicos secretos firmados en enero de 2009 durante el ataque brutal y genocida de israel a Gaza.
Mientras no se haya constituido la Patria Grande Latinoamericana, en conjunto con los países del mundo que sufren el embate del imperialismo global, no podremos concretar la liberación de Malvinas y ejercer nuestra soberanía sobre las mismas.
Nuestro país debe considerar su posición al respecto de Palestina, no existen dos demonios en esta cuestión, existe solo uno y es el usurpador israelí que sojuzga de manera criminal al pueblo palestino. No es el pueblo palestino el origen de la violencia, es la usurpación y la colonización el origen de la reacción.
Como final, nos quedamos con la esperanza de que se terminen de una vez todos los imperialismos, que las tierras ocupadas sean liberadas, así como los pueblos deben ser libres de toda colonización territorial y cultural.
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